Para establecer un buen proceso de inserción en la vida escolar de la primera infancia se deben tener en cuenta dos etapas: La adaptación y la vinculación. La adaptación es vista como la posibilidad de acomodarse al contexto físico del lugar del que harán parte, reconocerlo, apropiarse, recorrerlo como su segunda casa. La vinculación es tomada como sentimiento de afecto que se siente por los otros, en donde es fundamental que este vínculo se construya a través del amor y la tranquilidad, de poder expresar, sentir y ser acogidos por un equipo de personas que indudablemente debe estar preparado para esta tarea.
El tener grupos pequeños de niños en el jardín y un número importante de adultos acompañando los procesos nos permite como jardín que el ingreso sea cuidadoso y tranquilo, siempre escuchando las necesidades de cada una de nuestras familias.
A través del afecto, la inclusión, el buen trato, el equipo humano de Hilos de Colores apoya a las familias en este nuevo cambio que significa para los niños y niñas la separación de su ambiente familiar, y principalmente del vínculo madre-hijo/a y la incursión en un nuevo mundo social. Nosotros les brindamos figuras estables, equilibradas y afectivamente maduras que otorgan seguridad, tranquilidad y acompañamiento personalizado para todas las familias.