por Dayana Moreno H
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25 de agosto de 2020
En la actualidad por motivos del aislamiento y/o el trabajo o estudio en casa, la vida familiar se está viendo impactada, generando muchas veces conflictos o malestares que pueden afectar los estados emocionales de los miembros de la familia y hacer perder el balance que es tan necesario en este núcleo que es considerado como el pilar de la sociedad. Son varios los factores que pueden afectar la convivencia familiar , desde el aspecto económico, el cambio de la rutina laboral, escolar, poco espacio en casa, carga laboral por el teletrabajo y las labores del hogar, la enfermedad o miedos asociados a ella, el cuidado de los hijos entre muchos otros y esto hace que se produzcan problemas de convivencia que pueden afectar permanentemente la relación. Para poder mantener este equilibrio, los miembros de la familia tienen que colaborar mutuamente para generar acuerdos, precisar la forma en que hablan, el tono de voz que se utiliza, las reacciones que se tienen, los comportamientos que se muestran y abrir el dialogo para trabajar cualquier diferencia. Este equilibrio del que hablamos debe trabajarse desde tres miradas, la mirada individual, de pareja y de familia completa. Cada uno de los miembros que integran la familia podrán construir una relación sana con el entorno en la medida que trabajen y establezcan sus espacios individuales. Por otro lado, como eje fundamental de esta construcción es la pareja, quien debe abrir el dialogo en torno a normas, reglas y acuerdos de convivencia que contemplen las necesidades, requerimientos y gustos de todos en la mayoría de lo posible. El trabajo de los adultos facilita el desarrollo y equilibrio de los niños y adolescente, siempre y cuando también sean consideradas sus necesidades y gustos y se hagan participes del establecimiento de rutinas en casa. De igual manera es importante que logren evidenciar con el ejemplo comportamientos que nos necesarios para la convivencia, como lo es una buena comunicación, ya que no es posible decirles a los niños que sean obedientes, tranquilos y que colaboren, si los adultos muestran conductas intranquilas y de miedo y desesperación o no muestran disposición a un trabajo colaborativo en el hogar. Hilos de Colores cree fehacientemente que la familia tiene una incidencia importante en el desarrollo emocional y social de los niños, de esta forma se moldea su manera de pensar, de sentir, de tomar decisiones, de comportarse y de ver la vida, por lo cual en el ambiente donde crece el niño lo define como persona. Por esta razón, uno de los objetivos de la familia es preparar y educar al niño con bases de respeto, confianza, compromiso, amor y comprensión para que tenga una vida adulta exitosa y feliz y para ello un equilibrio en la convivencia familiar es indispensable. Para fortalecer o mejorar dicha convivencia factores tan importantes como el diálogo constante, el establecimiento de espacios privados e individuales para todos los miembros de la familia, el generar reglas y acuerdos en el desarrollo de las labores, el establecer horarios y rutinas sanas o el encontrar espacios de esparcimiento individual y colectivo que integre los intereses de todos los miembros se vuelve fundamental en este proceso. No es necesariamente un proceso fácil, pero la disciplina, la constancia y el amor mutuo se convierten en ejes fundamentales para poder sobrellevar esto y adaptarse a la nueva normalidad. Hoy más que nunca se debe aprender a tener una mirada compasiva tanto con el propio ser como con el otro, trabajando desde la empatía y el entendimiento, apoyando a quienes lo necesiten en nuestras casas desde un conocimiento profundo de su situación actual que solo se logra a partir del dialogo y solicitando ayuda cuando se necesite, pero sobretodo y a pesar de las adversidades, teniendo el firme propósito de seguir construyendo de manera conjunta para salir adelante.